Aunque las cancelaciones por parte de los anfitriones son muy poco frecuentes y algunas se deben a razones que escapan a su control, pueden suponer un gran trastorno para los viajeros y deteriorar su confianza en nuestra comunidad.
Esta política define la responsabilidad del anfitrión de ofrecer los servicios o experiencias que haya confirmado en Airbnb. Si un anfitrión anula una reserva o se le considera responsable de una cancelación en el marco de esta política, Airbnb podrá aplicarle una tarifa u otras consecuencias. Las tarifas y el resto de las consecuencias previstas en esta política tienen por objeto reflejar los costes y el impacto que estas cancelaciones suponen para los viajeros, la comunidad de anfitriones y Airbnb en general.
No cobraremos tarifas y en algunos casos tampoco aplicaremos otras consecuencias si el anfitrión cancela debido a una circunstancia extraordinaria o por motivos válidos que escapen a su control.
Si un anfitrión anula una reserva confirmada de un servicio o una reserva o es responsable de una cancelación en virtud de esta política, podríamos cobrarle una tarifa correspondiente al 20 % del valor de dicha reserva. Antes de que confirme la cancelación, comunicaremos al anfitrión si se le va a cobrar algún importe.
Al calcular las tarifas de cancelación, el valor de la reserva incluye el precio base del servicio o la experiencia, pero no los impuestos ni otras comisiones o importes. Si el anfitrión anula una reserva con varios viajeros, como un recorrido a pie con múltiples plazas reservadas, la tarifa de cancelación se calculará a partir del valor total de todas las reservas programadas para las fechas y horas anuladas.
Por lo general, las tarifas de cancelación se retienen de los cobros que el anfitrión tiene programados, conforme a lo previsto en los Términos de Pago del Servicio. Además de aplicársele las tarifas y las consecuencias establecidas en esta política, el anfitrión no recibirá ningún cobro por la reserva cancelada. Si ya se ha abonado el dinero, se retendrá el importe correspondiente de los próximos cobros del anfitrión.
Además de la tarifa, una cancelación podría implicar otro tipo de consecuencias. Por ejemplo, podríamos bloquear en el calendario las fechas o las horas correspondientes a la experiencia o el servicio cancelado para evitar que se acepten otras reservas. A los anfitriones que cancelen reservas confirmadas sin una razón válida, que lo hagan con frecuencia o que no se presenten a las sesiones que tengan programadas se les podrían aplicar otras consecuencias, como eliminar su servicio o experiencia de la plataforma, tal y como se explica en nuestros Términos de Servicio y en el artículo Reglas fundamentales para anfitriones y seguridad en los servicios y las experiencias.
No aplicaremos las tarifas ni otras consecuencias negativas previstas en esta política cuando un anfitrión cancele por un motivo válido que escape a su control y que le impida ofrecer su experiencia o servicio. En estos casos, podríamos marcar como no disponibles las fechas o las horas de la sesión en cuestión en el calendario del anfitrión para evitar que se vuelvan a reservar. Estos son algunos ejemplos de motivos válidos:
El anfitrión deberá proporcionar documentación u otras pruebas a Airbnb para verificar que está cancelando por un motivo válido. Tras evaluar la información de la que dispongamos, tomaremos una decisión con respecto a las tarifas o a la aplicación de otras consecuencias. Por lo general, el anfitrión no recibirá ningún cobro por la reserva cancelada, aunque anulemos las tarifas u otras consecuencias. Sin embargo, si la cancelación se debe a un problema causado por un viajero o a un incidente en el alojamiento que impida continuar con la experiencia o el servicio, el anfitrión podría mantener el cobro.
Si hay algún problema con el proveedor de software de la API (por ejemplo, una interrupción del servicio o cualquier otro incidente) que obligue al anfitrión a cancelar una reserva, este deberá facilitarnos pruebas de lo ocurrido cuando nos solicite que no le cobremos ninguna tarifa ni le apliquemos otras consecuencias.
El anfitrión de una experiencia o un servicio puede ser responsable de una cancelación si esta se produce porque la actividad difiere sustancialmente de la descripción que se facilitó en el momento de reservar. En esos casos, el anfitrión podría estar sujeto a las tarifas y demás consecuencias establecidas en esta política, independientemente de quién inicie la cancelación. Por ejemplo, si la experiencia o el servicio no comienza en los 15 minutos posteriores a la hora de inicio establecida, si se sustituye al anfitrión o coanfitrión que se le indicó al viajero en el momento de reservar, o si no se proporciona información esencial a los participantes con la suficiente antelación.
Los anfitriones de experiencias y servicios no pueden pedir a los viajeros que cancelen sus reservas para evitar tarifas u otras consecuencias. Si un viajero cancela su reserva a petición del anfitrión, incluso si el anfitrión prometió un reembolso completo o parcial para animar a la otra persona a anular la reserva, podríamos considerar al anfitrión responsable de la cancelación en virtud de esta política y podríamos exigirle que proporcione el reembolso indicado, descontándolo de sus próximos cobros.
Si un anfitrión no puede cumplir con una reserva, independientemente del motivo, es su responsabilidad cancelarla lo antes posible para que el viajero pueda reorganizarse. Realizar falsas declaraciones o proporcionar información engañosa en lo relativo a esta política supone una infracción de nuestros Términos de Servicio y podría conllevar la eliminación de la cuenta de la persona responsable, entre otras consecuencias. Esta política se aplica a las cancelaciones que se produzcan a partir de la fecha de entrada en vigor (incluida). Los derechos que tengan los anfitriones o los viajeros para emprender acciones legales no se verán afectados. Cualquier cambio en la presente política se efectuará de acuerdo con nuestros Términos de Servicio. Esta política se aplica a los anuncios de experiencias y servicios, pero no a los de alojamientos.